El Cuerpo Del Adolescente En La Clínica Psicomotriz – Autor: Juan Mila Demarchi

Autor:

Juan Mila Demarchi
Sócio de honra da Associação Brasileira de Psicomotricidade
Professor Diretor da Licenciatura de Psicomotricidade da Faculdade de Medicina da Universidade da Republica do Uruguai.
Diretor da Primeira Infância. Direção Nacional de Educação do. Ministério de Educação y Cultura do Uruguai.
Doutor em Educação. Faculdade de Educação da Universidade de Murcia.
Psicomotricista
Presidente da Rede Latinoamericana de universidades com formação em Psicomotricidade.
Diretor da Revista Iberoamericana de Psicomotricidad Y Tecnicas corporales: http://iberopsicomotricidadum.com/

Introducción.

En el presente artículo intentaremos dar cuenta de nuestra experiencia e incertidumbres, en el abordaje psicomotríz de adolescentes, que hemos cosechado a lo largo de muchos años de trabajo profesional.
Nuestras reflexiones han sido enriquecidas a través del dialogo y aprendizaje realizado junto a colegas y equipos interdisciplinarios de nuestro país, Uruguay, y reflexiones y aprendizajes cosechados a través del intercambio con colegas de muchos otros países. Este intercambio nos ha enseñado a acercarnos y a ser respetuosos con la pluralidad y con la diversidad de abordajes, que desde nuestra disciplina, y desde otras, se realizan ante las problemáticas de los adolescentes.

Queremos aclarar que no se debe tomar nuestras reflexiones como modelo o ejemplo a seguir, este trabajo tentará dar cuenta de nuestra experiencia, experiencia que responde a un contexto determinado, a una historicidad determinada y a circunstancias histórico-culturales muy uruguayas y a circunstancias de historicidad nuestra, que a nuestro entender no son extrapolables y ni pasibles de replicables en otros ámbitos.

Nosotros no hablaremos aquí de lo que se debe hacer, solo plantearemos lo que nosotros hicimos y actualmente hacemos con todas nuestras incertidumbres, nuestras dudas y todos nuestros errores.

En el Uruguay desde hace ya veintritres (23) años existe la formación universitaria de grado en Psicomotricidad.

La actual Licenciatura de Psicomotricidad de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica de la Facultad de Mediciana, se desarrolla en la Universidad de la República. Universidad, pública, laica, autónoma del poder político, que cuenta con un gobierno universitario integrado por profesores, estudiantes y graduados, elegidos a través del voto universal y obligatorio, en elecciones secretas entre todos los universitarios. La Universidad de la República tiene 153 años de historia y en la que todos los cargos de profesores son provistos por concurso.

Desde nuestra formación en el ámbito de la Facultad de Medicina, sostenemos que la práctica de los Psicomotricistas, ya sea en el Campo de la Salud Mental, ya sea en el campo de la Educación, o de la Sanidad, debe ser, necesariamente una práctica integrada a equipos interdisciplinarios.

En el Uruguay el desarrollo de la Psicomotricidad como disciplina, con un perfil, una práctica profesional, y un campo laboral claramente definidos y reconocidos a nivel Institucional

* Director de la Licenciatura de Psicomotricidad – Escuela Universitaria de Tecnologia Médica- Facultad de Medicina-Universidad de la Republica Montevideo – Uruguay; Presidente de la Rede Latinoamericana com Formación en Psicomotricidad; Director de la Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales.
por la Universidad de la República, el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Educación y Cultura, ha sido posible por la perseverancia y constancia de los psicomotricistas uruguayos de intervenir en equipos interdisciplinarios.

La formación del Psicomotricista Especializado en Terapia Psicomotriz debe realizarse y continuarse una vez que la persona se gradúa de Licenciado en Psicomotricidad en la Universidad.
Es luego de obtener su titulo universitario, y cuando comienza su práctica profesional clínica, cuando comienza una nueva instancia de formación, una formación que permite que el Licenciado en Psicomotricidad devenga en Psicomotricista Especializado en Terapia Psicomotríz.

La formación del Terapeuta en Terapia Psicomotríz.

“Existen áreas de la formación del Terapeuta en Terapia Psicomotríz que nuestra Universidad no debe y no puede brindar, áreas que escapan de los fines académicos para entrar en una zona en donde la formación profesional toca aspectos de la persona que realiza la práctica en psicomotricidad.

Nadie puede discutir que un psicoterapeuta debe haber transitado por su propio proceso psicoterapeutico para acceder a cumplir su función y obviamente este aspecto de la formación profesional y personal, no está encuadrado en ningún lugar del mundo dentro de la formación universitaria......en nuestro entender, este es un aspecto de la formación profesional que tiene zonas que trascienden el ámbito académico.

De la misma manera, hay aspectos de la formación por vía corporal del psicomotricista que deben ser abordados, (en la realidad de nuestro país), desde otras posibles instituciones.

Este tema por su complejidad, resiste muchas lecturas y merece mucha discusión” (1). Discusión que aún no se ha dado en nuestro país y que por lo tanto tampoco esta formación tiene un espacio institucional definido.

Nosotros pensamos que la formación del Psicomotricista Especializado en Terapia Psicomotríz es una formación de postgrado (que aún no está institucionalizada en el Uruguay) y que se debe basar en varios pilares:

  • 1. Sólida Formación Teórica.
  • 2. Sólida formación profesional, con una practica de activa participación en equipos interdisciplinarios.
  • 3. Sólida Formación Personal por Vía Corporal
  • 4. Haber transitado su propio proceso psicoterapeutico psicoanalítico.
  • 5. Supervisión Clínica.

“No resiste objeción alguna el postular la necesidad de una sólida formación teórica para devenir en Terapeuta, quizás la discusión es sobre que orientación deben tener los aportes teóricos. En nuestra opinión la psicomotricidad tiene un cuerpo teórico propio que se encuentra en construcción permanente, y un cuerpo teórico que comparte con otras disciplinas, con la psicología genética , con el psicoanálisis, con la neurología, con la sociología, con la pedagogía......

Desde nuestra óptica es fundamental la práxis interdisciplinar, práxis que nos enfrentará en la acción con los bordes de las otras disciplinas, bordes que son espacios de entendimiento y de confrontación, de consenso y discusión, de acuerdos teóricos que permiten crear y crecer. Es en estos espacios donde deberemos preservarnos de confundir disciplina con profesión, disciplina con propiedad, saber o poder.

Existió un momento en la evolución histórica de la psicomotricidad en el Uruguay donde la Sala de Psicomotricidad, era un espacio en donde se reaseguraba nuestra identidad, la sala se convertía en un espacio exclusivo del psicomotricista, lugar donde se podía intentar solucionarlo todo, lugar seductor para nosotros y para los otros y espacio de reafirmación personal y profesional.

Hoy hemos evolucionado, ya no pensamos que debe haber una sala de psicomotricidad en cada institución, hoy pensamos que si debe haber psicomotricistas trabajando en los diferentes equipos institucionales a nivel de la salud y de la educación. Lo necesario es la mirada psicomotríz, la mirada del psicomotricista sobre el desarrollo del niño y del adolescente.

Existen diversos abordajes hacia el cuerpo.........pero cuando pensamos en la formación corporal del psicomotricista, debemos pensar en construir un espacio de formación pensado para el psicomotricista, no en un espacio de expresión y jamás en un espacio terapéutico.

La formación por vía corporal del psicomotricista debe acompañarse, debe coadyuvarse con la formación teórica, con la formación clínica y la supervisión clínica.
La formación por vía corporal debe dirigirse a construir el rol del psicomotricista, debe dotarlo de herramientas para entender al otro en su expresividad tonico-emocional, en decodificar y dar sentido a las señales del cuerpo, del gesto y del hacer del otro.
A su vez, la formación personal por vía corporal, junto a la formación teórica, la practica profesional y la supervisión clínica, permitirá al psicomotricista adquirir elementos de la técnica, le permitirá utilizar herramientas de la técnica, los gestos, el tiempo, el espacio, los objetos, el lenguaje y el juego.

Tal vez y desde nuestra experiencia, pensamos interesante aportar la necesidad que esta formación se realice como un proceso personal inserto en un proceso grupal, siempre con un mismo grupo que actúe de referente, de sostén y de espejo y bajo una misma coordinación.

La concepción de la formación del psicomotricista como un proceso es, para nosotros, muy importante y determinante. A su vez, destacamos la necesidad que este proceso también sea el proceso de un grupo.

Por que postulamos como necesario que el psicomotricista transite por su propio proceso psicoterapéutico, no necesita mayor fundamentación, ya que es impensable que cualquier profesional que trabaje en el área de la salud mental no tenga espacios de resguardo de su propia salud mental y espacios donde pueda entender su historia, su singularidad y sus vínculos.

En nuestro país por formación, por las opciones teóricas realizadas desde la formación y por nuestra práctica, nosotros pensamos que es adecuado transitar por un proceso psicoterapeutico psicoanalítico. Reconocemos que no es la única opción psicoterapéutica pero es la que nosotros hemos transitado”. (2)

Aquí también es necesario afirmar lo imprescindible que son los espacios de supervisión, de supervisión desde la propia disciplina y supervisión del funcionamiento interdisciplinar.

Nosotros definimos la Supervisión en Psicomotricidad (3) como un espacio de formación y aprendizaje, sujeto a un contrato de trabajo, en un encuadre claramente establecido y concertado, donde se debe construir un proceso de articulación entre la formación teórica, la formación por vía corporal específica y la práctica psicomotríz del psicomotricista supervisado. La supervisión permitirá entonces, (a través del análisis de su tarea y del intercambio de experiencias, información, investigaciones y bibliografía con su supervisor), que el psicomotricista supervisado, adquiera una mejor comprensión de su práctica, que le posibilitará ampliar su formación y seguir construyendo su rol de Psicomotricista.

La supervisión es también, a nuestro entender, un espacio imprescindible para el resguardo de la salud mental del psicomotricista, no por que este espacio de formación se convierta en un espacio terapéutico, sino por que el trabajo sobre la tarea permitirá que el psicomotricista recurra a su propio espacio terapéutico.

Al igual que sucede en el trabajo corporal especifico de la formación del psicomotricista, en la supervisión en psicomotricidad, pueden reactualizarse conflictos, pero entendemos que no es este el espacio en donde se deben trabajar.

Por obvio, no debemos olvidar que en su trabajo como supervisor, el Psicomotricista que cumple esta tarea, también se continúa formando, puesto que en este trabajo toma contacto con la practica de otros psicomotricistas, con quienes puede o no compartir orientaciones teóricas y principios técnicos, pero que necesariamente tendrán un estilo propio de realizar su práctica

También el supervisor en su trabajo tomará contacto, a partir del material que le trae a supervisar el psicomotricista supervisado, con otra clínica y con otras realidades institucionales que le son ajenas.
El proceso de aprendizaje es pues, un proceso de construcción compartido.

El proceso de formación del psicomotricista es, entonces, un proceso continuo, que no tiene término. Es un proceso individual y grupal, es un camino, un complejo camino de esfuerzo, de desesperanzas y alegrías, de encuentros y separaciones, de crecimientos..........

El Cuerpo Adolescente en la Clínica Psicomotríz

“Hablar de adolescentes es hablar de una entelequia, de una ilusión, puesto que si bien se pueden reconocer una serie de fenómenos y aconteceres, que les son comunes en tanto grupo etario, que tiene un devenir, psicológico, histórico, social, cultural y geográfico determinado, nosotros nos dirigimos, en nuestra práctica a individuos, cuya singularidad y cuya individualidad debemos descubrir e investigar. Debemos investigar también sus vínculos en sus grupos de pertenencia, su familia, su institución educativa, su grupo de pares” (4).

Pensamos que es interesante que, con el fin de delimitar el tema de la adolescencia y el abordaje psicomotríz de los adolescentes, nosotros citásemos y utilizásemos como fuente bibliográfica a varios autores que han estudiado la problemática adolescente. (Como dice nuestro amigo el Psicomotricista Daniel Calmels, “cita bibiográfica” “como encuentro” con el pensamiento de diferentes autores, “fuente bibliográfica” como “alimento” de nuestro pensamiento).

La investigadora uruguaya Psic. Rita Perdómo se pregunta si “¿es posible delimitar cronológicamente la adolescencia” (5) y hace referencia a que la Organización Mundial de la Salud delimita la Adolescencia entre los 10 y los 19 años de edad, para describir la etapa de la adolescencia inicial de los 10 a los 14 años y la etapa de la adolescencia propiamente dicha que va desde los 15 a los 19 años

Arminda Aberastury y Mauricio Knobe (6) hace ya varios años, describieron un “Síndrome normal de la adolescencia “ donde detallaron la siguiente “ Sintomatología”:

  • 1) Búsqueda de sí mismo y de la identidad.
  • 2) Tendencia grupal.
  • 3) Necesidad de intelectualizar y de fantasear .
  • 4) Crisis religiosas que pueden ir desde el ateísmo más intransigente
    hasta el misticismo más fervoroso.
  • 5) Desubicación temporal, en donde el pensamiento adquiere las
    características de pensamiento primario.
  • 6) Evolución sexual que va desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad
    genital adulta.
  • 7) Actitud social reivindicatoria con tendencias anti o asóciales de diversa
    Intensidad.
  • 8) Contradicciones sucesivas de todas las manifestaciones de la conducta,
    Dominada por la acción que constituye la forma de expresión más típica
    De este período de la vida.
  • 9) Una separación progresiva de los padres.
  • 10) Constantes fluctuaciones del humor y del estado de ánimo.

El psicoanalista brasileño Luiz Carlos Osorio planteaba, en 1989, en su libro, “Adolescencia Hoje “ (7) las siguientes características psicológicas de los adolescentes:

    -) Redefinición de la imagen corporal, relacionada a la pérdida del cuerpo infantil y la consiguiente adquisición del cuerpo adulto.
    -) Culminación del proceso de separación-individuación y sustitución del vínculo de dependencia simbiótica con los padres de la infancia por relaciones objétales de autonomía plena.
    -) Elaboración de duelos referentes a la pérdida de la condición infantil.
    -) Establecimiento de una escala de valores o código de ética propio.
    -) Búsqueda de pautas de identificación en el grupo de pares.
    -) Establecimiento de un patrón de lucha/fuga en relación con la generación precedente.
    -) Aceptación tácita de ritos de iniciación como condición de ingreso al status adulto.” Tomado del capitulo La adolescencia hoy (enfoque psicológico). Perdomo, Rita. (3).

CARACTERISTICAS PSICOLOGICAS DE LOS ADOLESCENTES.

Luiz Carlos Osorio.

  • 1. Redefinición de la imagen corporal.
  • 2. Culminación del proceso separación individuación.
  • 3. Elaboración de duelos por perdida de la condición infantil.
  • 4. Establecimiento de una escala de valores o código de ética propio.
  • 5. Busqueda de pautas de identificación en el grupo de pares.
  • 6. Ritos de iniciación como condición de ingreso al status adulto.
  • 7. Asunción de funciones o papeles auto-otorgados.

La Lic.Graciela Selener en su trabajo “Los ejes de transformación psíquica en los grupos de adolescentes” (8) dice en forma textual “ Con la metáfora del “drama de la langosta” Françoise Dolto alude bellamente al proceso de desarrollo propio de la adolescencia.
Las langostas cambian de caparazón, pierden el viejo y hasta crear uno nuevo, quedan sin defensas. Son vulnerables y los peligros las acechan.
Los adolescentes también cambian de “caparazón” transcurriendo dolorosamente por un período de transformaciones fisiológicas y psíquicas. Se sienten desarraigados en relación a sí mismos y al mundo, debido al movimiento libidinal por el cual desinvisten al propio yo, a su cuerpo y a los otros. Se desestructuran los vínculos identificatorios infantiles, generando una aguda confusión, con relación a las diferencias entre lo masculino y femenino, él yo y los otros, lo bueno y lo malo, lo adulto y lo infantil.
Estos movimientos identificatorios transcurren desde la disociación de la identidad hacia la integración, y solo adquieren sentido en el entramado de la reactivación del complejo de Edipo.”

Ph.Bovier y E.Ramseier (9) plantean que “ la adolescencia es una conmoción del cuerpo, de la biología de los pensamientos y de los deseos. En este período de la vida, es clásico destacar los siguientes aspectos: el sujeto intenta posicionarse con relación al adulto tanto físicamente como psicológicamente, y existe un conflicto entre el abandono del estado infantil y la búsqueda de nuevas responsabilidades, así como una disarmonía en el plano corporal con inhabilidad, torpeza, malestar en un cuerpo que cambia. Incluso aunque se comprendan racionalmente estos fenómenos, falta que se vivan con facilidad y que se asuman psicológicamente. Los puntos de referencia válidos hasta ese momento cambian y hay que descubrir otros nuevos, cuya integración en una unidad somatopsíquica no va a ser forzosamente fácil”.

Hecha la delimitación y descripción de la “normalidad” adolescente, nos referiremos a nuestra práctica como psicomotricistas con adolescentes, volvemos a recalcar, que siempre se nos ha planteado como necesario el trabajo interdisciplinario.

Nuestra Práctica Psicomotríz con Adolescentes

I- Equipo de Salud Mental .

  • Programas Investigación-acción.
  • Programa de Atención Integral a la Embarazada Adolescente.
  • Programa de Atención Integral Hijo-Madre Adolescente.
  • Facultad de Medicina-Ministerio de Salud Pública
  • .

II- Práctica Clínica. Terapia Psicomotríz Individual.

  • Terapia Psicomotriz Grupal.
  • Equipo de Investegación y Asistencia de Dificultades del Aprendizaje.
  • Servicio de Neuropediatría. Hospital de Clínicas.
  • Psicomotricidad.EUTM.
  • Facultad de Medicina.

Clínica Privada.

Trabajo en Sala de Psicomotricidad
Trabajo en Taller de Psicomotricidad.

III- Talleres de Psicomotricidad (teòrico-práctico-corporales)

  • Destinados a Docentes que trabajan con adolescentes.

IV- Supervisión Clínica o Institucional de Psicomotricistas y otros profesionales que trabajan con Adolescentes.

  • Nuestra Práctica psicomotríz con adolescentes se ha desarrollado en ámbitos Institucionales diferentes: (10)

I) Desempeñando funciones como Psicomotricista , integrante del Equipo de Salud Mental que intervino en el Programa de Atención integral a la embarazada adolescente y en el Programa de Atención Integral Hijo-Madre adolescente. (Ambos Programas son definidos como programas de investigación – acción). Programa Docente en la Comunidad de Facultad de Medicina – Centro de Salud Jardines del Hipódromo. Ministerio de Salud Pública.

El Equipo de Salud fue conformado de la siguiente manera, por Facultad de Medicina:
Pediatra (Clínica Pediatrica B), Psiquiatra (Departamento de Salud Mental), Ginecólogo (Clínica ginecoltologica B), Licenciada en Enfermería (Instituto Nacional de Enfermería) Psicomotricista (Carrera de Psicomotricidad –EUTM) y por parte del Ministerio de Salud Pública: Partera, Nutricionista, Asistente Social y Visitadora Domiciliaria.

Estos programas entonces necesitaron la coordinación interinstitucional (Facultad de Medicina y Ministerio de Salud Pública.

Las acciones emprendidas fueron de carácter de investigación-acción, desarrollándose tareas de investigación, asistenciales y de docencia con los estudiantes de pregrado y postgrado de las diferentes especialidades involucradas desde la Facultad de Medicina.

La práctica de los psicomotricistas que trabajamos en estos Programas, se desarrolló como integrantes del Equipo de Salud Mental, realizando intervenciones clínicas: Diagnóstico e intervención en el proceso de representación materna de las madres adolescentes embarazadas, Diagnóstico e Intervención Terapéutica a nivel de la Interacción madre adolescente e hijo, Intervención en Terapia Psicomotriz con los bebes que así lo necesitaran.

Nuestro trabajo se centró en forma fundamental, como corresponde a un primer nivel de salud, en el ámbito de la prevención.

Como se entenderá en este campo de acción, nuestras estrategias clínicas se pueden ver ampliamente desbordadas, y solo se puede actuar entendiendo la problemática de estas adolescentes y de sus hijos en un contexto social, económico y cultural que les es específico.

Un aspecto muy interesante es la posibilidad de los psicomotricistas de realizar un trabajo clínico-asistencial como recurso de un Equipo de Salud Mental, (con el reconocimiento tácito de la Institución universitaria y del Ministerio de Salud Pública), para el desempeño profesional en un área inédita, hasta ese entonces, para los psicomotricistas uruguayos.
Así mismo, nosotros que habíamos tenido una formación exclusivamente hospitalaria nos enfrentamos a una realidad que desconocíamos, y sin poder utilizar el espacio segurizante por excelencia para el psicomotricista, la sala de psicomotricidad.

Todas nuestras acciones diagnósticas y terapéuticas, salvo algunos casos muy especiales se desarrollaron durante la consulta ginecológica o durante la consulta pediatra, es decir que la intervención de los psicomotricistas se realizaba al mismo tiempo y en forma conjunta con el pediatra o con el ginecólogo, esta práxis interdisciplinar tuvo múltiples efectos beneficiosos, tanto para nuestras pacientes adolescentes, para sus hijos y para el equipo.

II) En nuestra práctica clínica-asistencial con adolescentes con dificultades de aprendizaje y trastornos emocionales, en el Servicio de Neuropediatría del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina , como integrantes del Equipo de Diagnóstico y Tratamiento de las Dificultades del Aprendizaje y en nuestra práctica clínica – asistencial privada.

Nuestra experiencia con adolescentes se centra en forma fundamental en la franja de edades entre los 10 y los 17 años, (recordemos pues, que franja definida por la O.M.S. como adolescencia inicial es entre los 10 y los 14 años).

(Debemos puntualizar que desde el año 1983 al año 1992 trabajamos directamente como psicomotricistas en el Servicio de Neuropediatría, asumiendo en el año 1992 la Dirección de la Carrera de Psicomotricidad y cambiando entonces nuestras funciones )

Los adolescentes iniciales que recibimos en consulta, son portadores de dificultades instrumentales (perceptivo-motrices, práxicas, con inhabilidad manual, falta de destreza para moverse en el espacio, dificultades a nivel del manejo de los objetos, alteraciones a nivel gráfico), generalmente han tenido una historia de fracaso escolar, de alteraciones conductuales.

También muchos de ellos han tenido una extensa historia de consultas con diversos especialistas, han transitado por diversos tratamientos (psicopedagógicos, psicoterapéuticos, psicomotrices) , a veces no han culminado dichos tratamientos.
Como vimos anteriormente al analizar junto a diversos autores la “normalidad adolescente”, a toda conmoción por los cambios que se producen a esta edad se le agregan obviamente las nuevas exigencias curriculares que el adolescente debe afrontar cuando ingresa al sistema educativo secundario. Allí el adolescente se ve sometido a una estructura y exigencias curriculares diferentes que en primaria, tendrá varios profesores que lo conocerán poco, estará sometido a otras exigencias en cuanto a la velocidad en sus producciones gráficas, tendrá más exigencias a nivel de la adquisición de los conocimientos, y seguramente estará menos sostenido por la institución educativa.

En nuestra experiencia es en muchos casos la maestra del último año de primaria que ante las manifestaciones que presenta el adolescente temprano plantea la necesidad de una consulta o de una nueva consulta con un equipo interdisciplinario.

Tomemos un caso de nuestra consulta privada que ejemplifica ampliamente todo lo que venimos sosteniendo hasta ahora:

Gonzalo es un adolescente temprano, sus padres, ambos profesionales universitarios, han realizado una consulta con nosotros. Llega derivado por una psicóloga que realiza la indicación de consulta con psicomotricista luego de realizar un psicodiagnóstico.
Hace unos años cuando cursaba el primer año escolar, su pediatra lo deriva a una psicomotricista, es evaluado y luego de la devolución los padres deciden no comenzar el tratamiento psicomotriz indicado.
Gonzalo tiene una historia escolar donde, si bien no presenta fracasos, todos sus maestros han señalado año tras año, sus dificultades psicomotrices y un rendimiento descendido con respecto a su potencial intelectual.
Gonzalo concurre a la primer entrevista conmigo manifestando “ yo no estoy de acuerdo con estar acá”, sin embargo cuando comenzamos a trabajar se encuentra a gusto y al anunciarle la finalización de la entrevista nos pregunta “cuando vuelvo”.
Gonzalo es hijo único, aún depende de su madre para la mayoría de las actividades de la vida cotidiana, presenta un funcionamiento torpe, es obeso, no practica ni tiene información alguna sobre ningún deporte, su principal interés es la computadora.
Su potencial intelectual es superior al término medio, pero su rendimiento es oscilante y por momentos descendido. Presenta una marcada disociación entre sus aspectos intelectuales y los aspectos afectivos. Gonzalo vive los vínculos en forma conflictiva, trata de poner distancia, pero termina por agredir mediante actitudes, gestos, comentarios, o insultos a sus pares.
Nos resulta muy interesante, por su enorme valor semiológico, transcribir parte del informe que su maestra de clase nos envía al momento de la derivación:

“Gonzalo tiene evidentes dificultades en la ejecutividad de sus tareas escritas. Existe una diferencia importante entre el elevado nivel de conocimientos que muestra en sus intervenciones orales (a veces superior a la media del grupo) y los resultados obtenidos en sus tareas escritas. Estos trabajos nos muestran: dificultades en el trazo de las letras que en ocasiones se tornan ilegibles, dificultad para hacer líneas con trazos enteros y con una dirección preeestablecida , diferencias en cuanto a la intensidad del trazo, en ocasiones aprieta tanto el lápiz que después tiene dificultades para borrar, dificultad para lograr precisión en los trazados geométricos.
En cuanto al contenido de sus trabajos de elaboración propia, se observa una estructuración sintáctica muy simple y el uso de un vocabulario reducido que no concuerdan con el que emplea en sus intervenciones orales. Se aprecian además abundantes errores ortográficos entre los que llaman la atención la omisión de sonidos.
Gonzalo es consciente de sus dificultades, por lo que si bien comienza sus tareas con entusiasmo, ideando trabajos creativos y demás, luego pierde el interés y no los termina. Suele deprimirse y hacer comentarios como: “todo me sale mal”, “no sirvo para nada”, “la vida es injusta”, “lo que hago es una porquería”, etc.
Muestra una baja autoestima y una escasa tolerancia al fracaso. Se siente agredido por sus pares y objeto de burla, cosa que no es así”

En el proceso diagnóstico se deben tener en cuenta, y en el diseño de las estrategias terapéuticas se deben contemplar, las instituciones que el adolescente integra, familia, institución educativa, club deportivo, etc.

El síntoma, dificultades de aprendizaje, en especial, en adolescentes, nos puede estar hablando del adolescente, pero también nos puede estar hablando de la trama vincular familiar, nos puede estar hablando de los desencuentros entre el adolescente y sus padres....(hijos de intelectuales que consultan por fracaso escolar, hijos de deportistas que tienen un funcionamiento corporal torpe....), o del desencuentro del adolescente con las instituciones que integra.

Es bueno recordar lo que planteaba, el psicoanalista brasileño Luiz Carlos Osorio, en 1989, en su libro “Adolescencia Hoje “ (obra ya citada) en cuanto a las características psicológicas del adolescente:

“- Culminación del proceso de separación-individuación y sustitución del vínculo de dependencia simbiótica con los padres de la infancia por relaciones objétales de autonomía plena.
- Establecimiento de un patrón de lucha/fuga en relación con la generación precedente“.

Resulta obvio entonces, que el equipo interdisciplinario debe hacer lecturas en múltiples planos y establecer estrategias a nivel diagnóstico y a nivel terapéutico, para abordar la problemática de los adolescentes, contemplando siempre, las instituciones a las que pertenece el adolescente (familia, institución educativa, grupos de pares)

En nuestra experiencia, los mejores logros terapéuticos se han obtenido cuando existe la posibilidad de establecer abordajes terapéuticos combinados (terapia psicomotríz, psicoterapia, psicoterapia familiar, apoyo psicopedagógico), estableciendo también, estrategias concertadas con las instituciones educativas.

Esto no siempre es posible. Volvamos al caso de Gonzalo. Hemos establecido un trabajo en Terapia Psicomotríz Grupal con una frecuencia de dos sesiones semanales, en un encuadre terepeútico tal que nos permite abordar tanto sus dificultades a nivel de su cuerpo real (torpeza, trastornos grafomotrices; etc) como a nivel de la imagen de su cuerpo. Dentro del encuadre del tratamiento hemos también articulado acciones con la institución educativa donde estudia, hemos coordinado acciones con sus docentes y con el equipo psicopedagógico de su institución en lo concerniente a estrategias pedagógicas y de sostén institucional de Gonzalo. Con sus padres mantenemos entrevistas periódicas, con los padres y con Gonzalo y sus padres, donde hacemos señalamientos sobre la evolución, y trabajamos sobre aspectos de la independencia y separación de Gonzalo, pero lamentablemente, pese a ser en nuestra opinión lo indicado, aparece como imposible la posibilidad de que esta familia transite por un espacio psicoterapéutico familiar.

Planteamos la necesidad de un encuadre en Terapia Psicomotríz Grupal, puesto que este encuadre contempla las necesidades de identificación grupal del adolescente.
Como sostiene la Lic.Graciela Selener en su trabajo “Los ejes de transformación psíquica en los grupos de adolescentes” (11) “ Así como los grupos naturales son un sustrato importante de prototipos identificatorios que intentan aliviar las incertidumbres y confusiones en relación a lo interno-externo, adulto-infantil, bueno-malo, masculino-femenino; los grupos terapéuticos constituyen un sostén y apoyo para la desetructurada identidad adolescente”.
“El grupo terapéutico es un espacio intermediario, una zona de ilusión, donde el doloroso trabajo psíquico que realizan los adolescentes permite reelaborar su contacto con el conjunto social, el tránsito del mundo infantil al mundo adulto, el abandono de la bisexualidad y la imposición de las diferencias entre lo masculino y lo femenino”.

El grupo terapéutico, al conformar una red vincular entre pares, permite que se suministren nuevas significaciones, que cambien, que muden las identificaciones.
Obviamente no todos los casos está indicada la Terapia Psicomotriz Grupal, en algunos, por las características del adolescente debemos iniciar una Terapia Psicomotriz Individual, siendo en algunos casos indicado, luego de un tiempo de tratamiento, el ingreso a un Grupo.

En el encuadre de trabajo de Terapia Psicomotríz Grupal podemos distinguir dos tiempos, dos espacios que utilizamos con el grupo, el trabajo en Sala de Psicomotricidad, y el trabajo en Taller de Psicomotricidad (denominación que preferimos al de taller de grafo-motricidad, puesto que de alguna manera la denominación grafo-motricidad está impregnada por lo escolar).

En el proceso de tratamiento de un sujeto, inserto en un grupo, estos espacios deben entenderse como espacios flexibles, permitiendo, según los tiempos y necesidades del sujeto y del grupo.

1. El trabajo en Sala de Psicomotricidad, es este espacio en donde nos proponemos abordar en forma fundamental el “conflicto entre el abandono del estado infantil y la búsqueda de nuevas responsabilidades, así como la disarmonía en el plano corporal con inhabilidad, torpeza, malestar en un cuerpo que cambia” (12).
Es en este ámbito y con un encuadre específico que debemos abordar las dificultades tónico-emocionales, las dificultades práxicas, la torpeza, los cambios a nivel del cuerpo real y de la imagen del cuerpo del adolescente, utilizando las estrategias técnicas de nuestra especialización.

Recordemos la necesaria formación del Psicomotricista Especializado en Terapia Psicomotríz, que en este caso debe también formarse en terapia grupal.

En el trabajo terapeútico en Sala de Psicomotricidad con adolescentes es necesario sostener las acciones mediante propuestas que les brinden la posibilidad de experimentación psicomotríz, a partir de invitaciones a la acción. No es sencillo para los adolescentes implicarse en actividades corporales a partir de su movimiento espontáneo, o del juego, es necesario entonces, que nosotros desde el encuadre terapéutico posibilitemos el movimiento, el juego, la acción, el gesto, mediante propuestas que los sostengan.

Es así que con estas edades, contrariamente a lo que proponemos con los niños prescolares y escolares, son beneficiosas las propuestas que sostengan la actividad mediante, la utilización de consignas (la palabra cobra un valor muy significativo en la relación terapéutica con los adolescentes, cobrando también valor de código de comunicación a partir del argot que ellos utilizan), utilizando el recurso música, proponiendo circuitos o rutas con el material que permitan el movimiento, proponiendo juegos de reglas o proponiendo la creación de nuevos juegos de reglas elaborados por el grupo.

Un capítulo aparte merece la utilización de técnicas de relajación, que consideramos como una herramienta terapéutica en donde el trabajo terapeútico en psicomotricidad cobra una doble dimensión, dimensión individual en cuanto movilización tonico – emocional y una dimensión grupal cuando se crea el espacio de trabajo grupal a partir de las verbalizaciones sobre lo vivido en la relajación o sobre lo representado a través de la arcilla, barro, dibujo o escritura.

2. El trabajo en Taller de Psicomotricidad. En donde abordamos mediante diferentes técnicas las dificultades a nivel de la creatividad plástica, de las actividades grafo-motrices, de inhabilidad manual, dificultades gnósicas, dificultades práxicas, etc.
En este espacio cobran una dimensión muy especial las dificultades de los adolescentes, puesto que estos tienen clara conciencia de sus dificultades, se elaboran estrategias grupales de cooperación, se ponen en juego la aceptación de límites, aceptación de reglas de juego.

Es también en este espacio en donde las propuestas deben contemplar las opciones culturales y estéticas de los adolescentes: Fabrizio, adolescente de 13 años estaba abocado a la tarea de realizar comics, sus dibujos tienen una enorme expresividad plástica y un muy buen nivel de elaboración, pero presentaba dificultades a la hora de escribir. A partir de la necesidad de incluir un texto argumental en sus dibujos, pudimos trabajar la escritura, la forma de las letras, las diferentes combinaciones de tipos de letras, de mayúsculas y minúsculas, trabajo que luego nos posibilitó por ejemplo la realización de copias y dictados a velocidad.

Las técnicas utilizadas en este espacio son necesariamente múltiples, exigiendo un permanente esfuerzo del psicomotricista para encontrar herramientas que sirvan a sus fines. Este también puede ser un espacio en donde se pueda compartir el abordaje en forma combinada con otro profesional, con un psicopedagógo, con un psicólogo, o con un experto en plástica.

III) Coordinando Talleres de Psicomotricidad (teòrico-práctico-corporales)
Destinados a Docentes que trabajan con adolescentes.

Hemos realizado estos Talleres de Psicomotricidad con docentes que trabajan con adolescentes a partir de la demanda que en nuestro país y desde el extranjero nos han realizado grupos o instituciones que asisten a adolescentes. Generalmente la demanda parte de la necesidad de trabajar sobre algunos aspectos que preocupan de los adolescentes, la agresividad, las dificultades de aprendizaje, etc. A veces la demanda viene precedida de algún acto o situación vivida por un adolescente que aparece como emergente.

Es curioso, pero siempre la mirada está puesta en el adolescente y no en el vínculo que desde nuestro rol (docente o terapéutico) nosotros establecemos con ellos.

El objetivo de estos Talleres ha sido, además, el de atender la demanda, (los problemas de aprendizaje o la agresividad de los adolescentes) plantear la posibilidad de analizar el vínculo entre docente y adolescente y como somos interpelados los adultos en nuestro contacto con los adolescentes.

Para cumplir con nuestros objetivos instrumentamos talleres en los que abordamos primero en forma teórica la demanda, trabajamos sobre la demanda, por ejemplo, realizamos un taller sobre las dificultades de aprendizaje y las características de los adolescentes, luego realizamos un taller de trabajo corporal con los docentes en donde a través de las diferentes propuestas y las diferentes técnicas utilizadas llegamos a analizar que nos pasa a nosotros en este vínculo.
Estos talleres tienen un primer objetivo que es sensibilizarnos, el encuadre nos protege de caer en errores tales como tener la ilusión de que este es un trabajo terapéutico, nuestro objetivo es trabajar sobre la tarea, es trabajar con cada docente en vistas de analizara su tarea con los adolescentes.

IV - Supervisión Clínica o Institucional de Psicomotricistas y otros profesionales que trabajan con Adolescentes.

Al no existir la Supervisión como instancia de formación planificada y exigible desde las Instituciones de Formación en Psicomotricidad, es aún más, un espacio que necesita definirse en un encuadre de trabajo muy claro.
Por qué, detenernos en el encuadre de trabajo? Por necesario.

Existen diferentes encuadres de supervisión según sea la tarea a supervisar nosotros en el presente artículo haremos referencia a las instancias de supervisión donde se contempla la temática de los adolescentes. Entonces abordaremos la supervisión a nivel de:

  • Diagnóstico Psicomotor
  • Terapia Psicomotríz Individual.
  • Terapia Psicomotriz Grupal
  • Trabajo Institucional.

Obviamente el encuadre variará según la tarea a supervisar, pero a nuestro criterio existen elementos invariantes en el encuadre de supervisión en psicomotricidad: el encuadre de la supervisión debe asegurar el respeto, la contención, y el soporte que habiliten a la formación del supervisado.
Esto no se logra por imposición, sino mediante el trabajo conjunto entre el supervisor y el supervisado. Es muy interesante el interjuego que se establece entre los actores de este proceso de aprendizaje: es el supervisado quien habilita al supervisor en su rol y es el supervisor el que habilita al supervisado en la continuidad de su formación y en la construcción de su rol de Psicomotricista.

Concertadas y establecidas las reglas del trabajo podremos realizar la tarea.

Realicemos un breve análisis de alguno de estos puntos del encuadre de trabajo.

Como antes quedo explícito, los objetivos de trabajo variaran según el material a supervisar, pero en toda supervisión en psicomotricidad como regla general, debemos centrar nuestro esfuerzo en el aprendizaje y en el conocimiento de cada psicomotricista supervisado de la técnica de trabajo y de su estilo personal puesto en su práctica.

Se deberán analizar los dispositivos técnicos empleados, las estrategias utilizadas, y en la clínica el vínculo terapéutico establecido.

La psicomotricidad es una disciplina en que el psicomotricista que la practica debe conocer su cuerpo en tanto herramienta de trabajo.

“Podemos pensar que en los tratamientos psicomotores el gesto, la postura, las modulaciones tónicas, el movimiento y la acción, tanto del psicomotricista como del niño, se constituyen en vehículos portadores y receptores de significados y son la vía específica de nuestra disciplina para alcanzar los objetivos terapéuticos”. (13 )

A través de su formación corporal específica en psicomotricidad el psicomotricista “encontrará caminos más adecuados para vincularse con los niños. Podrá comprenderlos mejor, entender sus modos de funcionamiento, sus dificultades, sus deseos. Podrá en consecuencia responder en forma adecuada, al entrar en una dinámica que es propia del niño. A partir de este logro, el adulto, con clara conciencia de los objetivos que se propone en el tratamiento, podrá hacer evolucionar las diferentes situaciones hacia las metas que considera necesarias para la ayuda terapéutica”. (14)

Es pues necesario que el psicomotricista tenga un espacio donde reflexionar sobre su practica y su estilo personal de trabajar.

“Podríamos postular que el espacio de Supervisión en Psicomotricidad es una formación que está especialmente destinada a permitir al psicomotricista supervisado captar en qué consiste la intervención propiamente en psicomotricidad, en comparación con otras formas de actuación psicoterapeútica” (15)

Como se observará una vez más se debe realizar el esfuerzo de articular los espacios de formación.

“Cuando uno supervisa se expone, se muestra, y ese mostrarse, a través del material clínico o del material a supervisar, esta atravesado por factores conscientes (el conocer más, el entender mejor, el adquirir instrumentos o herramientas que nos ayuden en nuestra labor) y factores inconscientes.

Muchas veces hemos visto que el psicomotricista que supervisa su trabajo, se ha preparado para la supervisión, ha preparado el material clínico, lo ha revisado, lo ha ordenado para exponerlo, ha filmado muchas sesiones de trabajo, ha elegido cuidadosamente una sesión en especial para ser discutida y analizada en el espacio de supervisión y es solo allí, en el espacio de supervisión, donde toma contacto con aspectos ciegos de su trabajo, del uso de la técnica y de su estilo de usarla.

Por eso también es muy importante la elección del supervisor, cuya figura puede ser depositaria del saber, pero además deberá tener cualidades de escucha y acompañamiento en el proceso de aprendizaje. En Psicomotricidad, donde muchas veces las escuelas se construyen a partir de un psicomotricista, donde la psicomotricidad y el saber empiezan y terminan en el maestro, nos queda mucho por construír en este aspecto.” (16).

En psicomotricidad como en pocas disciplinas el registro en video tape es una herramienta imprescindible. Durante diferentes supervisiones le hemos solicitado al psicomotricista supervisado que nos relate, antes de observar la sesión la secuencia de la misma. Muchas veces pese a haber elegido el material, pese a haber visto muchas veces el video tepe de la sesión a supervisar involuntariamente la secuencia de la sesión es relatada con omisiones.

El video tape permite apreciar: el como, el tempo, los matices, e individualidad de la utilización de la técnica. En psicomotricidad hay que discutir sobre el discurso del cuerpo, hay que poder observarlo. El uso del videotepe tiene sus limitaciones, la selección que hace quien filma, la apertura del lente,etc,etc, pero teniendo en cuenta estas dificultades igualmente nos resulta imprescindible, además uno puede volver a ver, puede volver a ver para entender.También resulta interesante y provechoso, sumar al análisis de la sesión registrada en video tape, el registro de un observador o el registro escrito que pudo realizar el psicomotricista inmediatamente luego de la sesión.

Tal vez, donde mayor es la construcción de conocimientos en psicomotricidad es en el espacio de supervisión, En la supervisión la posibilidad de discusión sobre el hacer, la posibilidad de discusión teórica y la posibilidad de recurrir a diferentes autores para comprender nuestra labor, terminan por ampliar nuestro marco referencial teórico.

Es muy claro, que las referencias teóricas a utilizar en la supervisión están, en primer lugar sujetas al encuadre de trabajo de la supervisión y también al material a ser supervisado, pero a partir del trabajo sobre este pueden variar.

Hemos hecho referencia a nuestra experiencia en el “campo adolescente”, experiencia, como decíamos al principio, atravesada por nuestro contexto y nuestra historia, proveniente de diversos ámbitos de trabajo ( la docencia de grado, la docencia dirigida psicomotricistas ya formados, la docencia dirigida a otros profesionales, la asistencia a adolescentes embarazadas, la asistencia en el ámbito hospitalario y en el ámbito privado). Remarcamos una vez más que nuestra experiencia es fruto del trabajo interdisciplinario y coherentes con nuestra concepción seguimos aprendiendo.

BIBLIOGRAFIA:

1. Mila, Juan. Formase en Interdisciplina. “Psicomotricidad: “Prácticas y Conceptos”. Miño y Dávila Editores. Madrid- España. 2000.
2. Idem.
3. Mila, Juan. La Supervisión Clínica y la Supervisión Institucional. La Supervisión Clínica y la Supervisión Institucional, ineludibles instancias de Formación de Postgrado o Formación Permanente, en Psicomotricidad. 3er Congreso Regional de Atención Temprana y Psicomotricidad. Montevideo – Uruguay. Noviembre de 2000.
4. Mila, Juan. La Práctica Psicomotriz con Adolescentes, el necesario encuentro interdisciplinar. Presentado y publicado en el VII CONGRESSO BRASILEIRO DE PSICOMOTRICIDADE. Psicomotricidade de Fato e de Dereito, Formaçao e Etica. Fortaleza- Brasil- setembro 1998.
5. Perdomo. Rita. La adolescencia hoy (enfoque psicológico). La adolescencia. Fac. de Medicina – FNUAP – OPS/OMS. Ediciones de la Banda Oriental. Uruguay. 1991.
6. Aberastury.A, Knobel.M. La adolescencia normal. Ed.Paidos. Buenos Aires. 1989.
7. Osorio.L.C. Adolescente Hoje . Artes Médicas. Porto Alegre. Brasil. 1989.
8. Selener.G. Los ejes de la transformación psíquica en los grupos de adolescentes. Acerca del drama de la langosta. Federación Latinoamericana de Psicoterapia Psicoanalítica de Grupo. Buenos Aires. 1996.
9. Bovier.Ph, Ramseier.E, Campos de aplicación de la terapia psicomotríz. Terapia psicomotríz. Masson.S.A. Madrid-España.1996.
10. Idem cita 4.
11. Idem cita 8.
12. Iidem cita 9
13. Mila.J. Chero.M, de León, B, García Ferrés. B, Peceli. Mariela. La construcción del Rol del Psicomotricista a través del Trabajo Corporal. Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales. Nº 0 España .2000 . Edición Digital. www.iberopsicomot.net
14. Idem cita 14
15. Mila, Juan. La Supervisión Clínica y la Supervisión Institucional. La Supervisión Clínica y la Supervisión Institucional, ineludibles instancias de Formación de Postgrado o Formación Permanente, en Psicomotricidad. 3er Congreso Regional de Atención Temprana y Psicomotricidad. Montevideo – Uruguay. Noviembre de 2000.
16. Idem cita 15.

O presente artigo foi publicado em FERREIRA, Carlos A de Mattos, THOMPSON, Rita & MOUSINHO, Renata. Psicomotricidade Clínica. São Paulo: Lovise, 2002.

Psicomotricidade Clínica

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